Ya Platón alertó sobre los peligros de la ignorancia en la República. Los prisioneros del mito de la caverna se resistían a conocer la verdad: que estaban encadenados y que lo que tomaban por real era solo una sombra. Ante tal revelación, los prisioneros estarían dispuestos a acabar con la vida del que les hiciera conscientes de su situación. ¿La ignorancia produce felicidad? ¿De qué tipo de felicidad hablamos?
Siglos más tarde José Saramago hizo una interesante interpretación de la alegoría de Platón en una novela que aconsejamos y que lleva el mismo nombre, La caverna.
Aquí tenéis una reflexión, diferente a la de Platón, sobre la relación entre verdad y mentira vista por el siempre brillante el Roto.